lunes, 15 de noviembre de 2010

La educación del niñ@ con Sd. Down

No voy a decir nada que no se haya dicho antes,... pero creo necesario tener claras unas cuantas ideas para no perder el norte:


Si deseamos que una persona con síndrome de Down desarrolle al máximo sus capacidades será preciso intentar armonizar aspectos que se presentan como contrapuestos a lo largo de todo el proceso. Utilizo el concepto armonía porque me parece el más indicado, ya que significa el acoplamiento entre las partes de un todo, de manera que concurren a un mismo fin. 

También se describe la armonía como la conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras. En términos musicales se entiende como la combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes.

En definitiva hay armonía cuando las cualidades se complementan, mientras que el equilibrio hace referencia a fuerzas contrapuestas que se anulan recíprocamente, se contraponen, se destruyen. Un cuadro, una poesía, una sinfonía, son obras que son arte como resultados de la armonía.

Clasificando por parejas, tendríamos que esforzamos por combinar conceptos o actitudes aparentemente contradictorias. Es decir, tratar de armonizar:

• La igualdad radical de la persona con síndrome de Down, con el resto de los seres humanos, en cuanto a dignidad, respeto, derechos, con:
- su diferencia, tanto en lo físico, como en lo psíquico, en necesidades, en medios para satisfacerlas.



• La visión optimista y positiva: llegarán tan lejos como queramos, aún desconocemos sus posibilidades, los buenos programas están dando buenos resultados, cada día nos sorprenden con sus logros, etc. con:
- la visión realista: cuesta esfuerzo conseguirlo: a ellos y a los demás. No todos alcanzarán niveles muy altos.



• La espontaneidad, naturalidad, y aceptación "como uno más" de la familia con:
- el tecnicismo, profesionalización y conversión de los padres en terapeutas, en el que el hijo ya es un hijo diferente con el que hay que hacer otras cosas.






• El protagonismo activo de la persona con síndrome de Down en su desarrollo, aprendizaje y opciones en la vida con:
- nuestra directividad, porque sabemos que es lo más conveniente para él.

• La tolerancia, comprensión y paciencia con:
- la exigencia firme y constante, necesaria para que avance.




• La visión profesional, técnica, especializada y a corto plazo de cada uno de los distintos profesionales que van atendiéndole con:
- la visión familiar, natural, amplia, general e integral y a largo plazo.

La integración (familiar, escolar, laboral, social) en la que es uno más y debe ser tratado como los demás, sin privilegios, sin paternalismos, sin sobreprotección, con:
- la separación para terapias concretas y para programas especiales.



• Las indicaciones técnicas, administrativas, profesionales (por ej. la sectorización en el caso de la escuela, o el centro de estimulación), con:
- la libertad de la familia para elegir el centro o servicio que le parezca el más conveniente según sus criterios, sistemas de valores, necesidades.



• La programación general, aun con adaptaciones curriculares (puede no ser adecuada, ni suficiente), con:
- la programación individual que supone algo muy distinto de los apoyos para llevar a cabo lo general.

• Los aprendizajes naturales, asistemáticos, ocasionales, en un ambiente general enriquecedor, con:
- los aprendizajes estructurados, sistemáticos, intensos y concretos.




Adquisición de cultura en sentido amplio, incluyendo aspectos artísticos y espirituales, con:
- Lo funcional, útil y "práctico" para su vida real, presente y futura.







• El respeto y aceptación de su personalidad, cualidades, dificultades, "dejándole ser él mismo", con:
- la imposición de los modos y formas sociales más acepados en el grupo al que pertenece.



• El respeto a su edad cronológica y a sus intereses, a su afectividad, con:
- el respeto a sus "otras edades", diferentes en lo intelectual y lingüístico, sin infantilizarle.






• La experiencia en el trabajo y el esfuerzo que ellos deben poner para prosperar con:
- el sentirse bien, estar alegres y motivados, ser valorados, estimulados.









• Su autonomía e independencia, crecientes, progresivamente, con:
- la seguridad y sentido de responsabilidad, que también deben ir creciendo progresivamente.





En definitiva necesitarán, como todos los demás, combinar la alegría y el sufrimiento, los éxitos y los fracasos, las victorias y las derrotas, las luces y las sombras, la aceptación de sí mismo con el afán de mejorar. 


Nosotros los ayudaremos en ese proceso y ellos nos ayudarán a nosotros. Al fin y al cabo todos compartimos la misma y única humanidad.