jueves, 31 de diciembre de 2009

Aprovecho el tiempo libre para hacer logopedia en casa





¿Qué mejor manera de pasar tu tiempo libre que disfrutar de tu hijo o hija?


Además de vivir entrañables momentos juntos, podemos aprovechar para ayudar en el desarrollo lingüístico de nuestro peque. Ya verás que juegos tan sencillos pueden ser muy estimuladores además de entretenidos y divertidos.









ACTIVIDADES Y JUEGOS PARA LA ESTIMULACIÓN DEL LENGUAJE ORAL EN FAMILIA


A TENER EN CUENTA


·       Utilizad constantemente un lenguaje claro y adulto, evitando los diminutivos y el lenguaje infantilizado.
·      Procura respetar el ritmo personal de la niña o el niño cuando se expresa. No interrumpirle cuando cuenta algo. Ser pacientes. No anticipar su respuesta aunque tarde en darla.
·         Si la niña o el niño comete errores en su lenguaje, no debéis reír estas incorrecciones, repetid a continuación cuál sería la expresión correcta. Se pueden utilizar las palabras del niño o niña, repitiendo sus frases (corrigiendo las palabras mal dichas y añadiendo las que no dice), pero siempre después de que haya acabado de hablar.
·         Habituar al niño o niña a que sepa escuchar y que también él o ella sea escuchada: Acostumbrarle a que mire a los ojos a la persona que habla, a acudir cuando se le llama, dejar lo que esta haciendo y atender a lo que se le dice, no interrumpir a los demás hasta que no hayan acabado su mensaje. Que sepa escuchar hasta el final. Actuaremos nosotros siempre dando esos ejemplos.


ACTIVIDADES Y JUEGOS


1º. Esquema corporal


Cuando esta jugando con algún muñeco, podemos nombrarle cada parte del cuerpo del muñeco, señalarla y tocarla. Después haremos que sea ella misma o él mismo quien lo haga, formulándole preguntas como:



¿Qué es esto?....¿Dónde tiene la nariz tu muñeco?....


También podemos aprovechar los momentos del baño para hacerle las mismas preguntas sobre si mism@. ¡DESCUBRIRÁ SU PROPIO CUERPO!










2º. Las formas


Mostrarle diversos objetos con diferentes formas y pedirle por ejemplo que nos dé, pinte,  coja… "la pelota redonda", "la caja cuadrada", etc.... Después se le suprime la ayuda de darle el nombre del objeto y solo se le dice “busca algo con forma redonda”. También podemos hacer que sea la niña o el niño quien haga las peticiones al adulto. ¡SE DIVERTIRÁ MANDANDO! También podemos aprovechar para equivocarnos y que sea él o ella quien nos rectifique, es muy constructivo.


3º. ¿Qué vamos a hacer?



Aprovechar cualquier actividad cotidiana para entablar una conversación con el niño o la niña, un día de limpieza, el cuidado de las plantas, hacer un pastel,...
Utilizad la actividad para ir nombrando los diferentes objetos que se utilizan, qué estamos haciendo y con qué objetos, decir alguna característica de los mismos, decir cosas que sean parecidas, diferentes, etc....


4º. ¿Qué hay aquí?



Se buscará lo que hay dentro de: el bolso de mano, la cartera del colegio, la bolsa de la compra, la bolsa de aseo, la caja de herramientas, el bolsillo del abrigo, etc.. Hay que hacer que la niña o el niño busque dentro del bolso y vaya nombrando todo o que hay. Se pueden sacar todos los objetos y que los vaya introduciendo dentro nombrándolos. Este ejercicio también se puede utilizar matemáticamente, introduciendo los números, agrupando etc.....


5º. Vamos a recordar



Cualquier experiencia pasada vivida por los niños y niñas puede servirnos como punto de partida para hablar, también podemos explicarle el proceso de desarrollo de cada uno de estos acontecimientos.
Recordamos, un viaje, una visita a casa de los abuelos, un cumpleaños, una actividad en el colegio, etc..... ¿LO RECUERDAS? ¿QUÉ PASABA? ¿QUÉ HICIMOS ALLÍ? ¿QUÉ VISTE? ¿CÓMO TE LO PASATE? ¿CON QUIÉN NOS ENCONTRAMOS?


6º. ¡Vamos a escuchar!





Podemos jugar a la gallinita ciega para despabilar el oído:




·       Graba (con ayuda de la niña o el niño), sonidos que luego deberá identificar. Estos sonidos pueden ser de:


- animales ( pájaros, perros, gatos, etc...)
- medio ambiente (una puerta que se cierra, truenos, lluvia, gente, etc...)
- instrumentos musicales ( una flauta, un tambor, etc...)
- propio cuerpo ( roncar, voz, toser, risas, llantos, etc..)
·         Luego tendremos que escucharlos y acordarnos de lo que era, bien podemos pedir que nos repita el mismo sonido, o bien le pedimos que nos lo diga “lo que suena es un papel arrugado”
·         También nos podemos imaginar que somos los cabritillos que estamos en casa esperando a que venga mamá, mientras jugamos a un juego muy bonito. Cuando oigamos unos tacones saltamos, cuando oigamos la campanilla, corremos, cuando escuchemos una palmada, nos agachamos.


7º. Asociación auditiva.


·         ¡una, dos y tres......! Dime cosas que empiecen por......
o   "a" como avión, azul, abuela........
o   "e" como elefante, enano, escoba...........
·         ¡una, dos y tres...! Dime nombres de...........
o   Juguetes, animales, frutas...........
o   Cosas que puedan abrirse, cerrarse, limpiarse, botar…
o   Animales que vuelen, con cuatro patas, verdes…
o   Cosas que hay en el cuarto de baño, una frutería, una consulta de médico…
·         ¡un, dos y tres..!
o   Un gigante es grande, un enano es..............
o   El abuelo es viejo, el niño es....................
o   Los perros hacen  "guau", los gatos hacen...........


8º. Los Cuentos.


Los cuentos fomentan la imaginación, descubren las cosas más maravillosas, divierten, enseñan a escuchar, a pensar y a hablar:
·         Leer un cuento que tenga vistosos dibujos, pedirle después que identifique los personajes y que explique qué hacen en los dibujos.
·         Después de leer el cuento el adulto, pedirle que se invente un titulo.
·         O… que invente el final de un cuento.
·         O… qué pasaría si en lugar de…???
·         Primero cuenta el adulto un cuento y después es la niña o el niño quien lo cuenta a su manera, dejando que invente cosas.
·         Podemos ojear primero todo el cuento, mirando los dibujos y explicando lo que se ve y nos podemos inventar cómo será el cuento, ¿qué pasará con esta ardilla? ¿el lobo se saldrá con la suya? … después de imaginarnos cómo puede ser, lo leeremos y veremos si hemos acertado, en qué nos hemos equivocado… si está mejor el cuento, o bien lo que nosotros habíamos pensado primero



·         Oye,… ¿por qué no nos inventamos un cuento? Con una libreta y unos cuantos colores… ¡¡ podemos hacer maravillas !! A ver… nuestro cuento va sobre un ratón (dibujamos un ratón) que decide hacer una excursión a … ¿dónde?... ¿una granja? Venga, vamos a dibujar una granja… y qué pasa…  (así entre el papá, la mamá, y nuestr@ peque…, hablando, pensando, dibujando, creando… nos divertimos y aprendemos juntos)


Espero que los pongáis en práctica y paséis muy buenos ratos

jueves, 17 de diciembre de 2009

domingo, 22 de noviembre de 2009

¿CÓMO ACTUAR CUANDO TU HIJO O HIJA TIENE DIFICULTADES PARA HABLAR, TARTAMUDEA, SE “ATASCA”...?

Vamos a empezar hablando sobre el origen de la tartamudez. Antes de nada hay que aclarar que no hay una opinión unánime sobre cuál es la causa exacta, si hay un único origen o bien es la confluencia de varias causas las que la originan. Pero en lo que sí se coincide es en la idea de que la tartamudez nace de los esfuerzos que la persona hace o ha hecho anteriormente para hablar mejor, a pesar de los bloqueos, repeticiones, atascos, equivocaciones... (que existen habitualmente en el habla normal). Hay personas que superan estas dificultades de forma natural, sin darle mayor importancia, pero en cambio hay otras que le otorgan tanta importancia a esas dificultadas que quedan estancados en ellas.

Aunque hay muchas ideas contrarias sobre la tartamudez y su origen, la mayor parte de los especialistas coinciden en la importancia de la actitud de los padres frente a la tartamudez de su hijo. Se ha podido observar incluso que la adopción de una actitud adecuada frente a estos accidentes del habla pueden ser suficientes, en el niño menor de 6 años, puede hacer desaparecer la tartamudez en la casi totalidad de los casos, incluso cuando se presenta en un grado importante o cuando hace ya más de un año de su presentación. Por ello merece la pena tomarse este aspecto muy en serio:

TRES ACTITUDES PERJUDICIALES

Muchos padres han probado algunas de estas actitudes, actitudes naturales que se adoptan con la mejor intención del mundo, pero que pueden ejercer el efecto contrario.

1.Reproches, burlas, o apelar a su voluntad. “Presta un poco de atención cuando hablas”, “repite eso mejor, cuando quieres, sabes hablar perfectamente”. El temor de tener que afrontar nuevos reproches hará que el niño aumente su esfuerzo por hablar, aumentará su tensión y empeorará el problema.

2.Consejos: “relájate”, “habla más despacio”, “respira”, “articula”, “piensa primero lo que vas a decir…” etc. Para conseguir que el niño se relaje al hablar, no es la mejor idea decirle al niño que se relaje. No hay nada que resulte más irritante que a uno se le interrumpa continuamente. Vigilar además de manera constante el propio habla resulta una empresa imposible de mantener mucho tiempo, sin afectar a la calidad de la comunicación, se le quita espontaneidad y agrava la situación.

3.Falsa indiferencia: actuar como si no pasara nada en particular. Dejar que el niño acabe (laboriosamente y con esfuerzo) su frase. Fingir no tranquiliza al niño, el sabe que es algo desagradable, pero de lo que no se habla, lo cual le da más importancia aún. Si mamá prefiere o hacer caso de este problema que me causa tantas dificultades –pensará el niño- es que debe ser algo muy molesto, así que me tendré que esforzar mucho en ocultarlo. Como consecuencia: aumenta aún más su miedo a hablar.

Y ENTONCES…¿CÓMO ACTUAR?

Es necesario adoptar la actitud de un interlocutor activo en la conversación, y para llegar a ello es necesario:
  • Interesarse siempre en todo lo que el niño tiene que decir
  • Proponer la palabra en la que el niño se ha atascado o un final para su frase
  • Hacer preguntas sobre lo que cree que el niño quiere decir, pero proponiendo inmediatamente algunas respuestas posibles
  • Decirle al niño qué es lo que ha entendido hasta aquel momento (o en algunas contadas ocasiones, lo que no se ha entendido)
  • EVITAR TODA DEMANDA DE ESFUERZO PARA HABLAR. No obligar al niño a hablar, la comunicación es algo natural, que surge de forma espontánea, ante la necesidad de decir algo, no hemos de forzarlo ni ponerlo en situaciones comprometidas.


PARA QUE LAS COSAS EVOLUCIONEN

Es necesario evitar pedir al niño que hable más lentamente, o que repita lo que ha dicho articulando mejor. Esta manera de actuar sólo sirve para romper la atmósfera de comunicación viva y transforma el intercambio verbal en un ejercicio molesto e ineficaz.

El interlocutor debe permanecer en su papel como tal, y no pasar a actuar como un consejero del habla. No se puede hablar normalmente a alguien que se presenta como un juez de habla que le dirige. El habla no evoluciona correctamente si no se preserva la calidad de la comunicación, si no se le da más importancia a lo que se quiere decir sobre cómo se dice.

Las personas del entorno del niño deben tomar una actitud abierta y no dudar, cuando no comprenda lo que quiere decir, en realizarle preguntas acerca lo que crea haber comprendido. Es importante prestar atención a que estas preguntas no sean interpretadas como un reproche, sino hacerle sentir que nos importa mucho lo que nos quiere contar.

Debe evitarse también la actitud de fingir no haber comprendido a causa de la mala expresión del niño.


PRÁCTICAS POSITIVAS
  • Cinco minutos al día
“Ven, vamos a leer unos dibujos”. Sin embargo, si el niño se niega, lo dejaremos para el día siguiente. Sin insistir. “Bueno, mañana entonces” (pero no cuando tú quieras).
El niño escoge un libro de entre los 4 ó 5 que le proponemos. Puede incluso que sea el mismo cada vez durante un cierto tiempo. Tiene que ser un libro que narre una historia con muchas ilustraciones vivas y ricas.
La madre o el padre irán contando al niño “lo que hay” y “lo que pasa” en los dibujos mientras lo van mostrando con el dedo.
Deben emplear un lenguaje familiar, un tono natural pero más bien melodioso y a un ritmo lento, que se adapte no a las posibilidades de la comprensión del niño, sino a sus posibilidades de articulación.
Deben ir haciendo preguntas pero proponiendo, ellos mismos las respuestas SIN DEMORA. Es esencial que el niño no se sienta obligado a hablar en ningún momento.
Dejarán que el niño se exprese si siente la necesidad de hacerlo, pero recuperarán enseguida la iniciativa. Son los padres los que “llevan al niño de paseo a través de los dibujos”, si bien siguiendo el interés de éste.
Deberán aprobar las propuestas del niño, aunque estén mal articuladas o sean frases imperfectas, pero sin hacerle sentir la corrección ni pedir ningún tipo de repetición.

  • Lectura comentada
De vez en cuando alguno de los padres puede leer el texto pero, después de cada frase, deberá repetir lo que ha leído en un lenguaje familiar, comentándolo y haciendo referencia a las experiencias del niño “Mira esto, es como en la casa de la abuela ¿te acuerdas?”

ENTRENAMIENTO EVENTUAL

En algunos casos puede ser útil que el niño emprenda un entrenamiento especial a base de ejercicios de relajación, seguidos de práctica de lectura expresiva, con el objetivo de orientar su mente en el momento de hablar. Un entrenamiento de este tipo no es indispensable, ya que el problema puede regresar perfectamente de una manera espontánea al madurar el niño con el curso de los años, siempre y cuando la actitud de su entorno lo haya favorecido.

lunes, 16 de noviembre de 2009

¿Qué puedo hacer si tengo un alumn@ con problemas de habla o lenguaje?


RECOMENDACIONES PARA LA CLASE ORDINARIA EN EL ALUMNADO CON PROBLEMAS DE HABLA Y/O LENGUAJE:


1. ADAPTAR NUESTRO LENGUAJE AL NIÑO

  • Hablarle más despacio de lo habitual, aunque teniendo cuidado de no romper la entonación y prosodia natural.
  • Pronunciar claramente las palabras. Marcar o “exagerar” ligeramente la pronunciación de los sonidos, fundamentalmente aquellos que el niño o la niña suele decir mal u omitir.
  • Utilizar frases sencillas, adaptadas al nivel de producción del alumno o alumna con problemas. Ajustaremos el tamaño y la complejidad de nuestras frases a su nivel. Usar frases sencillas nunca supondrá utilizar un lenguaje “infantil” o distorsionado, debemos hablar correctamente.
  • Recalcar las palabras o tipo de frases que queremos que aprenda a decir mejor, repitiéndolas a menudo. No se trata de repetirlas exactamente como un disco rayado, sino de un modo natural, haciendo reformulaciones de un mismo mensaje. Ej. “mira el coche”, “¿este coche, es tuyo?”, me gusta tu coche” ... (en el caso de un niño que ya es capaz de producir la /k/ pero no la tiene automatizada en su lenguaje espontáneo)
  • Evitar realizar enunciados interrumpidos o desordenados.
  • Hablarle a menudo. No se trata de bombardearle con un lenguaje excesivo, sino de hablarle de aquello que le interesa y de lo que compartimos con él o ella. Debemos hablarle en aquellas situaciones en las que estamos haciendo o mirando cosas juntos; hablarle de lo que estamos haciendo en cada momento (ej. ahora voy a escribir en la pizarra mientras vosotros me miráis, ahora todos juntos vamos a sentarnos mirar este mural que hay en la pared, ¿qué veis?...). Esos buenos modelos de habla terminarán siendo asimilados por el niño o la niña más tarde o más temprano, de forma natural.
  • Hablar con frases cortas, procurando referirnos a acontecimientos presentes. En el caso de hablar de acontecimientos futuros o pasados, dejaremos los referentes temporales bien claros.

2. POTENCIAR O FAVORECER LOS INTERCAMBIOS COMUNICATIVOS

  • Atender y escuchar todos los intentos del alumno o alumna por comunicarse, por decir algo.
  • Adoptar una actitud positiva frente al niño, hacerle ver que los interesa lo que nos diga y mostrarle nuestro contento por sus intentos de hablar mejor y/o de contarnos cosas.
  • Tener todos los días un tiempo destinado para hablar directa y exclusivamente con él o ella. Debe ser un periodo diario, o varios periodos cortos, donde estemos con el alumno o la alumna directamente, procurando que haya silencio alrededor.
  • Al escuchar y atender lo que dice el alumno o alumna, usaremos una técnica que favorece que el niño aprenda a hablar mejor, se llama la técnica de expansión. Ante una emisión del niño o la niña, el profesor o profesora le responde haciendo un comentario que “repite” el su enunciado mejorándolo o ampliándolo. A modo de comentario natural, el profesor o profesora reformula lo que ha dicho el niño o niña ampliando su frase o formulándola en términos más “adultos” o más complejos sintácticamente. Ejemplo: -niño- “pipi” -adulto- “quieres ir al baño?”, o -niño- “ovio casa”, -adulto- “bueno, se te olvidó el libro en casa, no pasa nada”.
  • Evitar sobre todo la corrección directa (“así no se dice”, “lo dices mal”, etc) utilizar estrategias que favorecen la autocorrección por parte del alumnado. Se trata de que se corrija por sí mismo sus enunciados o palabras mal dichas, dándose cuenta de la necesidad de decirlo mejor para ser entendido. Es importante sobre todo, no tratar de corregir más de una cosa a la vez dentro de un mismo enunciado.
Estrategias que favorecen la autocorrección
  1. CORRECCIóN INDIRECTA: El adulto responde a una emisión del niño, con un comentario natural que corrige su enunciado. El adulto “devuelve” al niño su emisión pero corregida, de este modo, le da un modelo adecuado. No se le pide nada al niño, pero si éste se autocorrige o repite lo que el adulto ha dicho se le alaba positivamente (“que bien lo has dicho”, “que bien dices boca”, etc) Ej: niño- “una bota”, -adulto- “una boca, sí”; -niño- “pito e cote” -adulto- “¿pintas el coche?, ¡qué bien pintas el coche!”)
  2. PETICIONES DE CLARIFICACIÓN O ACLARACIÓN DEL MENSAJE: Se trata de hacer una pregunta o un comentario que indiquen al niño que su emisión no ha sido bien entendida, y/o que debe completarla o mejorarla. Estas peticiones deben estar adaptadas al nivel de conocimientos del niño o la niña.
  • Sólo se podrá autocorregir lo que potencialmente puede decir bien (es decir, aquellos sonidos que dice bien a veces, aquellos que ha estado trabajando (con la maestra de AL y en la clase), aquellos que es capaz corrigir por imitación...).
  • Las peticiones de clarificación pueden tomar múltiples formas “¿qué?”, “¿cómo?”, “no te he oído, dímelo otra vez”, “¿un pato?” (cuando el niño quiere decir plato...) Ej. -niño- “voy a tasa” (casa) -adulto- “¿vas a beber de una taza?”...
3. PREGUNTAS DE ALTERNATIVA FORZADA. Se trata de preguntas que ofrecen al niño dos posibilidades de respuesta, una de las cuales es correcta, por lo que se le da el modelo correcto de emisión que queremos conseguir. -niño- “pinta un toche”, -adulto- “¿pinto un techo o un coche?” -niño- “el papá come ea cuchara”, -adulto-”¿come una cuchara o come con la cuchara?

Ante todo, atento a tu lenguaje, ten en cuenta que tú, como su maestr@ eres su principal modelo. Pero tampoco te preocupes ni te angusties, si surge algo que llame tu atención o si tienes alguna duda sobre cualquier alumno o alumna, porque presenta alguna dificultad de habla... no vaciles en preguntarle al maestr@ de Audición y Lenguaje del centro. Estamos aquí para ayudarte en lo que podamos.